Las tripas de colágeno de la familia LSR y LS son ideales para la producción de embutidos curados ya que las cualidades organolépticas de la tripa de colágeno la asimilan a la tripa natural con las ventajas de higiene y seguridad alimentaria que ofrecen hoy en día las envolturas artificiales.
Los ibéricos de Guijuelo se vuelven inconfundibles gracias a las características organolépticas que les aportan las condiciones climatológicas de la zona.
Guijuelo se sitúa en la meseta, en la provincia de Salamanca, a unos 1000 metros de altitud y su ambiente se revela como óptimo para la producción de embutidos.
Desde el siglo XVI estos cerdos, entre los que predomina la raza torbiscal, entre pelada y lampiña, se crían en las estribaciones de las sierras de Gredos y Bejar, Avila, Zamora, Salamanca y Segovia, de Castilla y León, Cáceres y Badajoz de Extremadura, Córdoba, Sevilla y Huelva de Andalucía, Ciudad Real y Toledo de Castilla La Mancha.
En el caso de otros embutidos, como el chorizo, salchichón o lomo, ya en el obrador se seleccionan las mejores piezas de carne, se aboban, maceran y se embuten. Cada proceso de elaboración se adaptará a las particularidades del embutido o embuchado en cuestión.